FICHA ARTÍSTICA
Creación: Lalinea
Dirección escénica: Úrsula Tenorio, Erik Forsberg
Dramatúrgia: Erik Forsberg, Úrsula Tenorio
Interpretación: Úrsula Tenorio, Erik Forsberg
Ayudantía de dirección: Laura Riera
Testimonio: Teresa
Espacio escénico: Lucía Valenzuela, Sergi Cerdan
Espacio sonoro: Sergio Camacho
Espacio lumínico: Ivan Cascon
Creación comunitaria: participants de Metzineres
Asesoramiento de movimiento en la creación comunitaria: Anna Pérez Moya
Asesoramiento en la interpretación: Àlex Sanz
Estudiante en practicas del MUET: Cristóbal Cartes
Producción ejecutiva: Laura Riera
Comunicación: Eladi Bonastre
La segunda entrega escénica de este proyecto polifónico que examina la embriaguez en nuestros tiempos fija la mirada en las vivencias de una mujer. Feminismo y contracultura en una pieza ganadora del premio Adrià Gual 2022.
El Cheli y Teresa son los protagonistas del proyecto escénico de la compañía Lalínea, que retrata una generación de usuarias de heroína a partir de una serie de testigos en los cuales se produce un diálogo entre la mirada científica de la Erik, médico que las entrevista, y la experiencia personal de las usuarias. A partir de las palabras de estos personajes, seres extraídos de la más pura realidad, se dibujan dos cuadros escénicos que pretenden capturar sus universos sensibles en el marco del proyecto Pupilas pintaban mis sábanas. En este caso, es Teresa quien está en el centro de un montaje que retrata una mujer inmersa en los ambientes de la Cataluña contracultural, pero aun así hipermasculinitzada, de los años setenta. Teresa hace un uso lúdico de las drogas, no exento de consecuencias, experimenta la discriminación doble que sufren las mujeres consumidoras y acaba encontrando en el consumo un medio de emancipación y una red de apoyo feminista de la cual forman parte otras usuarias como ella misma. Para contextualizar su relato, parte de la investigación documental se ha llevado a cabo con la colaboración de las participantes de Metzineres, una asociación que tiene sede en Barcelona y que trabaja con mujeres y con personas no binarias usuarias de drogas desde una perspectiva de reducción de daños. La pieza sitúa al público dentro del espacio escénico, un hábitat inspirado en las playas de Menorca. A través de una meditación guiada se induce al público a vivir sensorialmente y en primera persona los recuerdos íntimos de Teresa. Una voz acompaña el espectador en este tráfico poético de pequeñas acciones simples que lo invitan a sumergirse en el universo y las experiencias de la protagonista.