ACORAR

Acorar es una palabra mallorquina que significa ‘aniquilar’, ‘desvanecer’, ‘hacer desaparecer por completo’. En la ancestral matanza del cerdo en Mallorca, la de acorar era una tarea reservada al más experto, porque no es nada sencilla y hoy casi nadie sabe realizarla. Una vez muerto el cerdo, con el acorador o cuchillo, se le hacía la señal de la cruz para que no se acercaran malos espíritus. En la isla, acorar también significa ‘clavar algo hasta el corazón’.

La cuidada descripción del ritual de la matanza del cerdo es el envoltorio de esta extraordinaria reflexión sobre la identidad colectiva de un pueblo, un pueblo que pierde sus raíces en esta voraginosa transformación de cambios sociales, en una modernización que lleva las costumbres y las maneras de hacer de un pueblo a quedar en el olvido. En Acorar, Toni Gomila contrapone, sin nostalgia, el mundo del pasado frente al modelo social actual en Mallorca, construido sobre los débiles cimientos del boom turístico que aniquila los signos de identidad y pertenencia de los isleños, desde las tradiciones hasta la lengua. Una reivindicación que el autor traslada más allá de la realidad local, ya que en ella pueden reflejarse todos los pueblos.

Este espectáculo de la compañía mallorquina Produccions de Ferro vuelve al Teatre de l’Aurora después de triunfar durante más de 14 años, recogiendo reconocimientos como el Premio Crítica Serra d’Or 2012 al mejor texto en catalán y diversas nominaciones a los Premios Max y Butaca. El texto, la puesta en escena y, especialmente, una interpretación inmejorable han hecho de Acorar uno de esos espectáculos imprescindibles.